Es bueno vivir aquí: un
panadero, dos restaurantes, dos microcervecerías y algunos viticultores independientes son el deleite de todos los epicúreos. Durante muchos años, el pueblo ha ganado premios por floración de sus calles. Gracias a nuestras numerosas fuentes y al colector de agua de lluvia, el riego se realiza
con estricto respeto a la naturaleza.